La primera reacción fue cerrar los ojos y bajar la cabeza. Aníbal Leiva acababa de escuchar que lo habían considerado culpable de abuso sexual con acceso carnal agravado y de exacciones ilegales. Luego levantó la mirada, y la volvió a bajar cuando supo que la sala VI de la Cámara Penal lo condenó a 10 años de prisión. Su ex compañero en la Policía, Juan González, también fue sentenciado pero a cinco años de prisión, ya que no tuvo participación directa en los delitos.
El fallo fue decidido con el voto de las vocales Marta Cavallotti y Stella Maris Arce. La camarista Alicia Freidenberg votó en disidencia y sus fundamentos se conocerán dentro de dos semanas, cuando se dé publicidad a la sentencia completa.
El juicio había comenzado en diciembre del año pasado, pero las juezas decidieron que antes de dictar una sentencia, necesitaban escuchar el relato de la víctima. Sucede que cuando la mujer había sido citada a declarar en el debate oral, hacía pocos días que había sido madre, y su estado emocional le impidió revivir lo que había pasado. Por eso las camaristas resolvieron convocarla nuevamente para el martes pasado, para después dar su veredicto.
La acusación
El caso fue investigado por la fiscala de Instrucción de la VIII° Nominación, Adriana Giannoni. De acuerdo con el requerimiento el 22 de mayo de 2012, los policías Leiva y González patrullaban por el parque 9 de Julio y se acercaron a una pareja que estaba en moto.
Los efectivos le pidieron al hombre que le mostrara la documentación del rodado, y como no la tenía le exigieron dinero. Leiva, siempre de acuerdo con el requerimiento que realizó Giannoni, llevó a la mujer (que en ese entonces tenía 16 años) atrás de un árbol, donde la violó. Luego dejaron que la pareja se marchara.
La víctima
El miércoles a la mañana se produjo la declaración de la víctima. A su lado estuvo sentada la psicóloga del Poder Judicial Mariela Garvich, para asistirla. La mujer afirmó que Leiva la había tomado del brazo y la había llevado a un sector con poca luz. “Me dijo que tenía que pagarle con algo. Ahí abusó de mí”, relató, entre lágrimas.
Durante toda su declaración, la víctima se refirió a Leiva como “el que abusó de mí”. “Tenía el arma y tenía miedo de que haga algo”, aseguró, al explicar que no hubo golpes por parte del policía al momento de violarla.
El defensor de Leiva, Cergio Morfil, sostuvo que no había existido acceso carnal, ya que el informe del médico que la revisó luego de la denuncia, indicaba que no había signos de violencia en la zona vaginal. La fiscala de Cámara Estela Giffoniello le respondió que en la bombacha de la víctima se había encontrado semen, que luego se determinó que era de Leiva.
Morfil también hizo referencia a que en el pantalón de la víctima habían encontrado otras manchas de semen, y que no se había determinado a quién pertenecían. La víctima, en su declaración, admitió que había estado antes con el muchacho que la acompañaba en la moto.
“Que haya tenido otra mancha en el pantalón no autorizaba a violarla. No hubo consentimiento de parte de ella. La violencia no necesariamente es física”, afirmó Giffoniello al pedir 13 años de prisión para los dos policías (consideró que González fue partícipe necesario del crimen).
Tanto Morfil (por Leiva), como Raquel Pastor y Julio Picabea (defensores de González) pidieron la absolución, al considerar que no existió el hecho. Las juezas finalmente dieron a conocer su decisión ayer a las 12.30. Los ahora ex policías venían cumpliendo prisión preventiva, por lo que seguirán presos en el penal de Villa Urquiza. Sus abogados intentarán que la Corte Suprema de Justicia revoque la sentencia.